El autor, Juan Ruiz Valle, realiza la reseña del imprescindible libro de M. RUIZ ROMERO sobre un apasionante Período de la Historia de Andalucía.
Teófora, en Andalucía hace 40 años, un 23 de mayo, se celebraron las primeras elecciones autonómicas. Fue un tercer hito histórico que tuvo como antecedentes más inmediatos la elaboración del Primer Estatuto de Andalucía y su posterior aprobación por referéndum (20 de octubre de 1981).
Con este acontecimiento acababa el largo e inseguro camino hacia el reconocimiento político del hecho diferencial andaluz, que “sirvió para hace posible por vez primera en la Historia una autonomía con competencias, instituciones y símbolos propios que nos identificaban como nacionalidad histórica”.
Una etapa que no deja de ser la historia de la lucha por la autonomía iniciada un 4 de diciembre de 1977, que simbolizará el reiterado mantenimiento de las movilizaciones ciudadanas pacíficas como apoyo popular a la autonomía. “La imagen icónica, ya mitificada y recurrente, de una enorme bandera andaluza, como ejemplo de las manifestaciones proautonómicas de aquellos años, permanece aún en el imaginario colectivo de algunos andaluces”.
Se contribuye, desde Andalucía, a la definición de las vías autonómicas por los artículos 151 y 143 y, constituye un antes y un después en la vertebración del Estado que sirve para lograr nuevas interpretaciones del Título VIII que se acomete con la Constitución de 1978. Una constitución que marcaba diferencias entre aquellos consabidos tres territorios que plebiscitaron sus estatutos en la II República y el resto del territorio del Estado español.
Precisamente, a la historia reciente de Andalucía, la de la Transición, es a la que hace referencia el libro de M. RUIZ ROMERO, “La conquista del Estatuto de Autonomía para Andalucía(1977-1982), Sevilla, Instituto de Administración Pública, 2005, que es el producto de una tesis doctoral más extensa sobre una época a la que el autor, denomina como Sexenio Autonómico(Andaluz), en la que aborda esos años en los que despunta un grado de conciencia autonómica entre los andaluces, desconocido en su historia contemporánea, después de aquel intento frustrado de la II República que fue interrumpido por el golpe militar del general Franco.
El volumen, de 610 páginas, consta de una introducción, siete capítulos, un epílogo y dos anexos sobre bibliografía y fuentes documentales utilizadas en el mismo. Y plantea “los objetivos de su estudio como análisis fundamentado en la respuesta, al menos, de tres interrogantes: ¿qué singularidades y condicionantes aporta el proceso andaluz a la vertebración del Estado?, ¿cómo aparece, se desarrolla y culmina la voluntad autonomista de los andaluces?, y ¿cuáles son y cómo actúan al respecto los principales agentes y factores sociopolíticos del momento?”
Comienza el trabajo con las primeras elecciones democráticas (junio de 1977) y, tras ellas, la formación de la Junta de Andalucía. Una vez aprobada la Constitución (diciembre de 1978) y reconstituida la Junta, ya de la mano de las nuevas Corporaciones Locales democráticas(abril de 1979), las instituciones andaluzas optan por el primer requisito constitucional de la vía del artículo 151 de la Carta Magna de 1978, que genera diferencias y presiones alrededor de una fecha para la celebración del segundo de los requisitos constitucionales( Ley Orgánica Reguladora de las Distintas Modalidades de Referéndum, que se aplica primero en un referéndum celebrado en Andalucía un 28 de febrero de1980).
Continúa con el bloqueo político y legal que sufre el devenir del artículo 151, y pasa a considerar finalmente las distintas iniciativas parlamentarias para impulsar el objetivo de la construcción de las instituciones de autogobierno.
La “cuestión andaluza” seguía estando presente, cuando salió a la luz esta publicación (2005), no se podía elegir momento más propicio: el debate acerca de la reforma del primer Estatuto andaluz. Igualmente ocurre en los debates políticos actuales.
Y tú apostillas, Teófora, que después de las 12 últimas elecciones autonómicas- sumada la del 19 de junio de 2022-, has constatado que seis de ellas han coincidido con otras convocatorias de las generales y europeas, que propiciaron confundir mensajes políticos para los electores andaluces.
Además, afirmas que ha existido una “ostentación selectiva de nuestros símbolos identitarios en momentos puntuales, que han coincidido con la celebración de elecciones, especialmente las autonómicas y, asimismo, se ha producido una `desactivación´ de la conciencia andalucista, del conocimiento de la historia y de la cultura andaluza, a la que incluso se ha banalizado”.
Concluyes, que es una obra recomendable para conocer nuestro pasado inmediato, analizar nuestro presente y caminar hacia el futuro como andaluces y andaluzas- de nacimiento u adopción- `universales´ que somos. Pero también para acercarnos sincrónica y diacrónicamente a la construcción del Estado de las Autonomías que hoy sigue siendo de interés.
Un artículo de Juan Ruíz Valle ( profesor e historiador )