Recuperar la Sanidad Pública de calidad, paso a paso

El equipo de gobierno de Palma del Río, constituido hace poco más de año y medio, parece decidido a revertir la tendencia que la ciudad ha experimentado durante décadas, en la que la actividad y la «vida» se han desplazado del centro histórico hacia otras zonas de expansión como la Avenida de Santa Ana.

A través de actividades recreativas, como conciertos y sesiones de DJ en fechas señaladas, el gobierno local busca devolver vida a un área que ha sufrido un declive a lo largo de las décadas. Sin embargo, este esfuerzo se asemeja a la historia de Víctor Frankenstein, (https://es. wikipedia.org/wiki/ Frankenstein_o_El_moderno_ Prometeo) quien, con la mejor de las intenciones, intentó dar vida a una criatura sin considerar las consecuencias de sus acciones.

El Ayuntamiento, al igual que Frankenstein, parte de un deseo genuino de mejora. La idea de utilizar la Plaza Mayor como epicentro de actividades recreativas es, en principio, loable. Sin embargo, los métodos empleados han suscitado críticas. La falta de respeto por el patrimonio histórico, evidenciada por la denuncia de la Asociación Saxoférreo (https://www.diariocordoba. com/cordoba/2024/07/02/ denuncian-apoyo-escenario- muro-alcazaba-104847687.html ) sobre el uso de la Alcazaba como soporte para un escenario, resalta una desconexión entre el objetivo y la ejecución.

Por otro lado, medidas como la de alargar el horario de los festejos en las Fiestas Patronales no favorecen precisamente la conciliación entre el ocio nocturno y el derecho al descanso de los vecinos. Aparte del volumen excesivo de los equipos de sonido tanto en la Verbena como en Nochebuena y Nochevieja, ha quedado patente que no hubo suficientes servicios portátiles alrededor de la plaza, lo que provocó que muchas personas invadieran los espacios residenciales aledaños para hacer sus necesidades. El desbordamiento de residuos y la invasión de espacios residenciales por parte de quienes asisten a las festividades son síntomas de un enfoque que ignora el bienestar de la comunidad.
Para que la revitalización del Centro Histórico de Palma del Río tenga éxito, es crucial encontrar un equilibrio entre la innovación y el respeto por el entorno y la comunidad, asegurando que todos los ciudadanos se beneficien de los esfuerzos realizados. Solo así se podrá lograr un verdadero renacer del corazón de la ciudad, sin sacrificar la calidad de vida de sus habitantes. De lo contrario, el equipo de gobierno puede dar vida a un monstruo desdichado e infeliz que en vez de darle las gracias a su creador, le haga la vida imposible.
Un artículo de Juan Sánchez
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