El día 8 de marzo nos desayunamos con la denuncia del grupo socialista de Hornachuelos de que la muralla de esta localidad ha sido afectada de forma grave con las obras del Parque Multiaventuras de esta localidad. El grupo socialista melojo critica las prisas del equipo de gobierno para llevar a cabo esta obra -supone que con fines electoralistas de cara a los próximos comicios municipales- sin tener en cuenta el daño que estas prisas han causado al Patrimonio de Hornachuelos.
Esta preocupación es digna de alabar. Su denuncia ante la Delegación de Cultura, de lo hecho por el equipo de gobierno, un deber cívico digno de encomio. La rápida actuación de los técnicos de la Delegación de Cultura obligando al Consistorio a paralizar las obras y reparar lo dañado, un ejercicio de «eficacia», eso sí, con matices, pues su misión primordial no es sancionar sino proteger y, para eso, hay que estar atento a que barbaridades como esta no se produzcan.
Ahora bien, admitiendo la correcta y plausible actuación por parte del grupo del PSOE de Hornachuelos, a uno le llama la atención el criterio y la preocupación tan distinta que tienen los miembros de un mismo partido (PSOE) con respecto al Patrimonio según estén en la oposición -caso de Hornachuelos- o formen el equipo de gobierno -caso de Palma del Río-. Lo mismo que resulta llamativa la diferencia en la actuación de los técnicos de la Delegación de Cultura en un caso y otro.
El equipo de gobierno de Palma del Río (PSOE) ante la obra en la carretera de La Campana, a la altura de La Palmosa, no solo tuvo la misma actuación negligente que el equipo de gobierno de Hornachuelos sino que, además, pretendió «matar al mensajero» cuando Saxoferreo denunció las barrabasadas realizadas en el yacimiento afectado por la obra de dicha carretera, contando para ello con la complicidad del Arqueólogo Provincial de Urgencia de la Delegación de Cultura en Córdoba de la Junta de Andalucía.
El Arqueólogo Provincial, así como técnicos y miembros del equipo de gobierno de Palma del Río, negaron la mayor, dijeron que aquello estaba mal catalogado, que no era un yacimiento y que los materiales que se encontraban en superficie habían llegado allí como consecuencia de arrastres o escorrentías. Quiero hacer constar que el lugar es la parte más alta de los alrededores y que -aunque yo es verdad que no he estudiado en la universidad- el sentido común y la experiencia que tengo de campo -y aún las más elementales leyes de la física-, me dicen que no es muy normal que los materiales rueden cuesta arriba.
Foto Saxoferreo
Este yacimiento de la Palmosa -me ratifico en lo de yacimiento, y aún me atrevo a decir, además, que se trata de un gran yacimiento- cuenta a simple vista con una ocupación prehistórica, que deja al descubierto en los perfiles de las distintas agresiones sufridas un buen número de lo que en arqueología se llaman «fondos de cabaña», así como abundantes restos de molinos y cerámicas en superficie. Cuenta además con presencia de ocupación romana y medieval, según se desprende por la presencia de tégulas, ímbrices, sillares e hiladas de piedras. Todo esto me lleva a insistir en que estamos ante una muestra esencial de nuestro Patrimonio Arqueológico -y sé que me van a decir que no soy arqueólogo-; aún así, me reitero en que este sitio de La Palmosa es un yacimiento con todos sus avíos, es más, me atrevo a afirmar también que es un gran yacimiento, sobre todo prehistórico. Allí está para quien «quiera verlo» y cualquiera que afirme lo contrario, sea quien sea, yo creo que lo hace por una de estas razones -sin inclinarme por ninguna de ellas, cada cual que elija la que más le convenga-:
A) Porque no tiene ni repajolera idea de arqueología.
B) Porque antepone los intereses personales a los profesionales.
C) Porque está, sencillamente, para que lo recoja la ONCE.
Un artículo de José Fernández Ruiz
Buen artículo Pepe.
La Palmosa es un gran yacimiento arqueológico que ha sufrido una importante destrucción como consecuencia de la dejadez, inoperancia y falta de comunicación entre las administraciones responsables.
No puedo salir de mi asombro cuando el/los responsable/es miran para otro lado cuando aparecen signos de nuestra identidad pasada, presente y futura. Todo un despropósito.